martes, 23 de octubre de 2012

el gato con capellina

Un gato con capellina se relamía los bigotes, para el escandalo moral de la luna amarillenta.
El gato con capellina deseaba que el sexo fuera mejor que un tazón de leche o que fuera la leche de las leches derramada sobre un lecho de carbonillas y oleos.
El gato con capellina no come ratones
-aunque de buena gana degollaría a Mickey Mousse mientras Minnie se masturba-
prefiere la oreja de Van Gogh y unos browning de marihuana.
Al gato con capellina le gusta soñar bajo la luz de las estrellas.
El gato con capellina creía como Nieztche que la verdad no existe y es el privilegio de la aristocracia que a todo da nombre.
Miau es un simple maullido y no la queja de una amarga existencia.

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