sábado, 28 de febrero de 2009

Los dos hermanos


Dardo y Vicente estaban mirando TV, en el living del departamento de Dardo. Era primavera y hacia calor, por lo que estaban sin sus remeras, tirados sobre un colchón, mientras tomaban cerveza y fumaban marihuana. Dardo llevaba puesto unos bermudas amplios. Sus piernas eran fibrosas. Como quien no quiere la cosa, Vicente metió su mano por debajo de los bermudas y empezó a tocar la pija de Dardo. Enseguida se endureció, era una verga larga y delgada, Vicente la masturbaba lentamente y Dardo acompañaba con la cadencia de su cadera. Se desabrocho la bermuda y la pija salto hacia fuera como un resorte. Vicente comenzó a chuparla y a lamerle indistintamente los huevos. Dardo gemía y acariciaba la cabeza su acompañante. Vicente ascendió con su lengua hacia la pelvis del amigo, el vientre lampiño y los pezones endurecidos, los mordisqueo. Siguió por el cuello hasta la boca, se confundieron en un largo beso de lengua. Vicente llevaba jeans. Mientras se besaban, Dardo se lo desabrocho y salto de adentro una verga gruesa y dura. Se masturbaron mutuamente. Ahora era Dardo quien chupaba el sexo de Vicente, lo tragaba entero y salía, lo lamía. Ayudo a su amigo a sacarse los jeans. Vicente se acostó boca arriba y Dardo escupió sobre su pija, Vicente agrego más saliva, Dardo se lleno a su vez su propia mano de saliva y lubrico el agujero del ano. Se sentó despacio en la verga dura de Vicente, comenzó a cabalgar primero lentamente y después más aceleradamente. Su pija larga rebotaba en el vientre de Vicente, que se excitaba ante aquella visión. Lo masturbaba mientras lo penetraba, al cabo de un rato, un calido y potente chorro de semen se descargo sobre el pecho de Vicente mientras Dardo gemía. Había acabado. Volvieron a besarse. Dardo se acostó boca abajo y Vicente besaba su nuca. Lo penetro. Dardo comenzó a gritar su gozo. De golpe se abrió la puerta del departamento, pero ellos no se dieron cuenta. Era Marina, la hermana de Dardo. Se quedo dura contemplando la escena. Vicente se separo de Dardo y ambos la miraron. Pidió perdón y se dirigió al cuarto. Vicente volvió a penetrar a Dardo. Al cabo de un par de minutos irrumpió Marina y les dijo ¿Cómo pueden estar haciendo esto?. Dardo se levanto y se dirigió desnudo al cuarto insultando a su hermana. –Porque carajo te metes, déjanos en paz. Ella lo siguió, se peleaban. Vicente quedo en el colchón sentado, con su espalda contra la pared, con una erección tremenda. Se masturbaba. Marina vuelve al living. Se sienta en una silla al lado de la mesa, frente al colchón. Le pidió disculpas a Vicente y comenzó a hablarle de cualquier cosa. Él seguía caliente y continuaba con su paja. Ella llevaba una minifalda muy corta y una remerita transparentada que dejaba ver sus pezones negros y endurecidos. Tenia buenas piernas, cuando se descruzo Vicente se dio cuenta que no llevaba bombacha. Se veían los labios de su vagina y una pelvis peluda. Vicente se masturbaba, ella le hablaba y lo observaba, de a poco fue llevando sus dedos al clítoris. Vicente se levanto como hipnotizado, no sabia como ni porque, se acerco a la silla con la pija parada, se la acerco a la boca, ella la empezó a chupar. Dardo volvió del cuarto, seguía desnudo. Los vio.
-Puta, me queres cagar la historia. Se puso al lado de ellos y la hermana sin pensarlo le empezó a chupar la pija alternativamente a Dardo y a Vicente. Ellos se besaban. Vicente se puso en cuatro y le lamió la concha a marina, Dardo lo penetro con violencia. Marina y Dardo acabaron en la boca y el culo de Vicente. Vicente se incorporo y se masturbó hasta acabar sobre las caras de ambos hermanos. Ellos se limpiaron el semen a lengüetazos, mientras se decían te amo mutuamente. Vicente se volvió a poner la ropa, Dardo se acostó en el cuarto y la hermana bajo a abrirle a Vicente. En la puerta de calle le dijo. –El es mío, no me lo vas a quitar. Vicente la miro con sorpresa y curiosidad. Sintió el golpe de la puerta al cerrar.
Fue hasta la parada del 60 y en un kiosco paro a comprar cerveza. Era entrada la madrugada. Su cabeza trataba de procesar lo sucedido. Las extrañas formas del goce. La locura enfermiza de la familia y el amor. Subió al colectivo. Tenía un largo viaje hasta Congreso. En su casa lo esperaba su compañera y su pequeña hija. Había sido una noche larga, extraña y extraordinaria. Seguramente la recordaría.

El Libro de Alejandro (Lidia Fernandez)


Yo te leia como un libro
y cada palabra era como
una antigua ciudad que se descubre bajo la arena,
las columnas de Acropolis
y el sueño de victoria de Alejandro,
yo te leia como un libro
sagrado
cada mañana
en pasillos crepusculares
buscando la inmortalidad guardada bajo
siete cerrojos,
jugando a las escondidas
tras las velas del navio de Ulises.
Tu cabeza se hundia en espadas ensangrentadas
que rompian sortilegios,
te leia como un mosaico de verdades reveladas
por prodigio de mis propios encantamientos
y las pequeñas cosas familiares.
Pero las babas luminosas del tiempo
hicieron su trabajo,
y este exilio se transformo en morada permanente
y en las ventanas de los suburbios
trasnocharon los hombres
su depojado corazon de estaño.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Marilu


Ella llego a mi casa con un vestido de colores.
Yo la invite con una cerveza fría.
Le dije
–no te sientas incomoda, no muerdo.
Ella me contesto
-es que yo quiero que muerdas.

El vestido desapareció
y a cambio, sobre su piel morena,
un delicioso tatuaje de mariposas
que moría en su pelvis afeitada,
un piercieng brillante en el ombligo,
su conchita mojada
y su boca sedienta de besos y saliva.

El tiempo voló,
llego de día y se fue entrada la noche.
No recuerdo ni el color de su vestido
ni el de su bombacha.
Lo único que recordaba era la constelación de mariposas
Una luna llena y gigante me sonreía.

Cuando nos despedimos
la acompañe a la parada del colectivo
y me subí a otro
en busca de algo con que intoxicarme
para brindar por esa noche.

lunes, 23 de febrero de 2009

Tarde de perros (Lidia Fernandez)

el vacio es el principio,
el vector de los vientos,
la madera con la que fueron hechas las palabras
en este invierno,
el lento carrusel de los sueños y la boca que embriaga
hasta el suplicio,
pero esa boca estaba mas cerca de las bestias
que de los heroes,
si fuiste el Señor de las Batallas,
no has dejado nada en pie sobre mis calles,
ni el vino volcanico sobre mi cabeza rapada,
el vacio es el principio
donde se amarran todos los vientos,
tu tempestad no me asusta
pero le temo a esa boca que esta mas cerca
de las bestias que de los heroes,
ya no sere yo quien te escriba sobre los ultimos
deshielos del invierno,
hare una gran fogata con las musas
pobres,
tristes,
maderas con las que fueron hechas
las palabras
en esta tarde de perros.

domingo, 22 de febrero de 2009

La resaca de los tiempos


La frente suda y el estomago arde sobrellevando la resaca que atraviesa los tiempos. Solo me quedan palabras que se derraman: como el vino sobre el mantel blanco, dejando una marca roja e indescifrable, del mismo color de la sangre en los campos de batalla y los quirófanos. Como el semen sobre el vientre desnudo de la maja desnuda
del viejo Goya, que contempla los monstruos de los sueños de la razón. Bebiendo ron para que no sea posible el olvido. Como la cocaína en el espejo que hace latir a ritmo acelerado el corazón enamorado de Sigmund Freud. Como las mentiras del traidor y las parejas.
Anoche en cambio reía a carcajadas limpias mientras cantaba viejas canciones bajo la lluvia.
¡Singing in the rain! Singing in the rain!
Y hoy solo queda la lluvia y el gesto amargo de la tarde gris y el llanto del niño por la teta de la madre y una diarrea incontinente de palabras que salen de las entrañas, el corazón, retoman imágenes que invaden prepotentes la cabeza extasiada. Las calles rugientes por la furia de las multitudes. Las camas hambrientas del jugo de los sexos y las oscuras sombras de los sueños. Una pequeña anatomía de la ebriedad. Las mejillas sonrojadas de la bella Gigi que ríe, escrutando el mundo con ojos de neorrealismo italiano y escotes a lo Sofía Loren. La sed de mal de mis queridas amigas, amantes secretas de Breton y de Man Ray reinventando el mundo con pulsión surrealista. El paso bamboleante del marido feliz.
¡Singing in the rain! ¡Singing in the rain!
Y nuevamente hoy tan solo el dolor de cabeza y la angustia de las ultimas monedas y el ladrido lejano de los perros. Lejanos como la historia que bebe de la sangre joven de los cuerpos despedazados por la metralla y se alimenta de su carne y se pinta la cara, la vieja puta y decrepita de la historia, para ser amante de héroes de a caballo y espadas en la mano y de tiranos y navegantes que surcan los mares para conquistar el Dorado.
Y hoy estas paredes blancas y la siesta echado en el piso polvoriento y la ciudad, que ayer era mía, callada y la resaca de los tiempos haciendo su tarea.

viernes, 20 de febrero de 2009

La tiza


Mediodía. Lupe atiende el celular. Llamada de Horacio.
-Lupe tengo que verte urgente, voy para tu casa.
-¿Pasa algo?.
-No puedo hablar por teléfono. Voy para allá.
-Apura mira que tengo que ir a trabajar. Horacio era además de amigo, compañero de trabajo.
-Ya salgo.
Pasaron unos veinte minutos tiempo en que Lupe aprovecho para comer un sándwich de jamón y queso y cagar lentamente. Suena el timbre. Lupe baja a abrir. Estaba solo en la casa ni el profesor ni la morocha, que vivían con él, se encontraban. La cara de Horacio lo delataba.
-Como andas. ¿Estas repuesto no? Le pregunto Lupe.
-Subamos ya que te cuento.
Tomaron el ascensor hasta el cuarto piso y una vez dentro del departamento Horacio le pidió a Lupe que hablaran en el balcón. Era una fresca jornada de invierno. Una vez en el balcón Lupe pregunto -¿Qué te pasa?.
-Estoy reparanoico. Me parece que me persiguen. Creo que hay micrófonos por todas partes.
-¿Cómo? Para un poco Horacio estuviste tomando demasiado.
-No, escúchame. Ayer por la tarde estaba en el Parque Centenario con Luís quemando unos porros y de repente un flaco de traje se acerco y nos pidió que le convidáramos. Hablando nos dijo que el tenia una línea de faso y merca a buen precio en la villa de Barracas.
-Y que pasó.
- Fui con el tipo este y me metí a comprar un lote de medio kilo de faso y una tiza de 20 gramos. Yo le dije al flaco que el llevara eso encima por si nos paraban. El me dijo que no había drama. Pero en la entrada de la villa cuando salíamos nos para un operativo.
-Y como pudiste zafar.
- Para que te cuento. El asunto es que al falco le encuentran el faso y las tizas y a mi nada. Me interrogan y yo digo que estaba ahí de casualidad. Me provocan, me dicen que soy un cagón y que estoy dejando en banda a mi amigo. Yo me hago el soberano boludo.
-Mucho no te cuesta, bromea Lupe logrando arrancar una leve sonrisa del rostro endurecido de Horacio.
- El asunto es que al flaco se lo llevan en el patrullero y yo me voy. Pero tan enroscado en lo que había pasado que decido entrar de vuelta a la villa y comprar otra tiza.
-¿Estas loco? Lo reta Lupe. Estaba todo re marcado.
- Sí no lo pensé. El asunto es que vuelvo y compra la tiza de 20 por 120 pesos una ganga. Y para sacarla la envuelvo en un preservativo y me la meto en el culo.
- Y que paso. Apura Lupe la conversación.
-Nada. Cuando salgo a las dos o tres cuadras veo que el flaco de traje estaba hablando con los polis que nos manotearon. ¡El tipo llevaba gente a la villa para que los polis los desplumen! Te das cuenta. Creo que me persiguen.
-Me parece que estas paranoico y que hiciste una estupidez. Te arriesgaste al pedo.
- Lo sé.
-Ya tomaste ¿no?.
-Sí pero tengo un montón.
-¿La trajiste acá?.
-Sí. Contesto Horacio. Y metiéndose la mano el culo saco una tiza envuelta en un profiláctico, un poco más gruesa y grande que una barra de azufre.
-Lupe la miro y le dijo a Horacio –Bueno ya que esta, tomemos y vayamos a trabajar.
Horacio busco el ladrillo vidriado que Lupe usaba para peinar líneas y con un cuchillo serrucho que Lupe trajo de la cocina fue raspando de a poco, luego con una tarjeta aplasto las piedras y con el filo de la tarjeta peino dos largas y anchas líneas de cocaína, que ocupaban casi el largo del ladrillo. Estaban encerrados en el cuarto de la morocha.
-Esto nos va a hacer mal me parece.
Primero narigueteo Horacio. Un poco de cada lado en varias veces. Lupe tomo todo de un lado y sintió como la cocaína le subía a la cabeza. Estallaba.
El humor de Horacio cambio de inmediato. Cuando sintieron que una llave abría la puerta de calle. Los corazones se aceleraron tanto que parecian salir del pecho y la paranoia invadía a los dos Lupe y Horacio. Lupe se asomo por la puerta de la habitación. Era el profesor. Respiraron aliviados.
-Se acabo la calma, comento Lupe. Horacio peino otras rayas gigantes y dijo tomemos esto y vayamos a trabajar, no soporto a este tipo.
-Yo tampoco, contesto Lupe.
Tomaron cada uno su raya. Esta vez Lupe cambio de orificio y se sorprendió a si mismo por la cantidad de cocaína que era capaz de inhalar de un solo tiro.
Dejaron la cocaína en una caja de cigarros de Lupe y salieron rumbo al trabajo. Apenas saludaron al profesor que con su cara de persona que poco tiene que ofrecer al mundo los miro inquisitoriamente.
Obviamente el trabajo y el viaje hasta el trabajo fue una autentica tortura. Lupe sudaba a mares y sentía la vista de su jefe clavada en la nuca. Horacio no podía articular palabra. Ambos comprendían que había sido un error ir a trabajar. Por suerte el jefe se retiro temprano y ambos decidieron salir antes a buscar la tiza.
Llegaron a la casa de Lupe que estaba desocupada, peinaron unas rayas y Horacio llamó a la Tana, una preciosa rubia amiga de ambos.
-La Tana dice que vayamos a su casa tiene un JB.
-Dale salgamos. Asintió Lupe.
Antes de salir Horacio repitió el ritual de meterse la tiza por el culo envuelto en un preservativo.
La noche en lo de la Tana fue tranquila y amena. Se sentian seguros y estaban bien acompañados. El día siguiente en el trabajo fue una seguidilla de narigueteadas, conversaciones entrecortadas, raptos paranoicos y escupitajos blancos, sin dormir y alcoholizados.
Lo que comenzó un viernes al mediodía término un domingo a la noche. El animo de Horacio y Lupe era el de dos piltrafas. Había llegado el momento de la resaca y solo quedaba la última línea. Se sentían egoístas y miserables.
–Me siento mal, mi vida no tiene sentido. No puede ser que solo me preocupe esto y que nada más me importe. Sollozaba Horacio.
-No te enrosques, no podemos ceder frente a esta mierda, nunca más vamos a tomar, comprometámonos. Contesto Lupe. –Necesitamos dormir para aclarar las cosas.
- Si. Dijo Horacio.
Se despidieron.
Lupe contó lo que quedaba de su dinero. Calculo. Tomo un colectivo hasta su casa pero cuando el transporte llego a su parada siguió un par de cuadras más hasta un pool. Pensó en tomar un trago antes de ir a dormir. En el pool encaro al baño. Meo. Se le acerco un moreno. Lupe lo conocía, se llamaba Héctor.
-Cuanto queres, pregunto Héctor.
-Dame dos, dijo Lupe.
Ambos papeles los termino allí mismo en el baño. Un nariguetazo largo por orificio. Se sorprendió de su capacidad para tomar cocaína. Pidió una cerveza fría.
Mañana voy a dejar, pensó Lupe, mientras miraba por la ventana la noche fría.

miércoles, 18 de febrero de 2009

lunes por la tarde (Lidia Fernandez)



La tarde del lunes se me cae por el borde de la mesa,
heraldos cabalgan bajo el polvo actual de las calles,
cual infierno abrio su puerta en este dia?

Pero mas aca hay una ventana reseca que rechina,
alguien pasara cantando sin duda
y otra vez el viento demolera mis costillas,

muerdo la tarde el lunes,
de añoranzas, de amares contrasentidos,
hacia un lado y el otro, tironeados
amores como aguijones
que solo son capaces de abrir vaya a saber
que puerta pequeña del Infierno.

Pequeño poema nocturno (Lidia Fernandez)


Este camino ya lo cruze,
en este infierno ya estube.
la tarde de hojarasca y la tibia
leche
del sexo y la nada.
Este aire ya lo respire otra tarde
La vida electronica pasa a un costado
llena de luces de neon y calles embarradas,
como una guillotina

la tarde es una miseria recostada.

Dar la vuelta,
por este infierno ya estube,
es casi un territorio conocido.
Me deslumbra
el frio y el adios anunciado
mas aca me bato a duelo
con mis propias palabras.

La regla secreta


Dicen que una regla secreta de la amistad entre el hombre y la mujer es que no exista el sexo.

Aquella noche con mi amiga habíamos estado consumiendo una buena cantidad de cocaína y alcohol.

La luz tenue en su pequeño departamento, ella bella y larga tendida en mis pies.

La curiosidad mato al gato se comenta, y comenzó aquel flirteo que se vio interrumpido por el estruendo cercano de una puerta de ascensor, que nos puso alertas y paranoicos creyendo que se trataba de su novio.

–Basta yo no puedo así, dijo ella.

–Bueno conteste, pero al menos mostrame las tetas, así me llevo un buen recuerdo.

Río con una mueca deliciosa.

–Tenes razón después de tanta histeria te lo mereces.

Y se levanto la remera negra dejando al aire dos grandes pezones rosados y erguidos de unas pequeñas y preciosas tetas.

Luego de algunos besos en aquellos frutos dulces del paraíso y un último pase, aquella noche de flirteo y paranoia termino.

Pero aquel recuerdo de mi amiga me inspira este poema.

Sin que haya podido develar, en este caso, la realidad de aquella regla.

lunes, 16 de febrero de 2009

El gato me miro fijo


El gato me miro fijo, con esos ojos amarillos con una rayita negra, profundamente, con sus bigotes apuntándome. Y alucine con esa belleza felina, majestuosa que llevo a los egipcios a considerarlos sagrados. Envidie en ese momento la despreocupación de un viviente que sus actos primarios y esenciales son maullar, correr y lamerse. Y me sentí incomodo y profundamente solo en este día domingo de calor agobiante, luego de haber dormido unas pocas horas. Extrañe amigos perdidos en el camino, en las fauces de los matrimonios, en la distancia, en viajes de verano. Pensé en los amores rotos que siempre vuelven en domingo a recordarnos lo frágil de toda relación, lo absoluto de toda soledad. Recordé aquellos tiempos en que el domingo eran el descanso o la búsqueda del sol tras una intensa y pasional noche de borrachera. Y extrañe la borrachera que se guiaba por instintos y no por razones. Y extrañe los instintos que nos hacían sentir libres, a pesar del trabajo, el mundo y la policía. Y extrañe el sexo húmedo de mis amantes mujeres y el almuerzo desnudo con aquel que en mi culo encontró el lugar de su deseo. Y me fume un porro, pero no fue lo mismo, todo era denso y lo único que quería era dormir para que se pasara ese maldito sol de domingo y esta maldita angustia que invitaba al suicidio o, peor aún, al arrepentimiento por lo que fuimos. Y extrañe a mi hija ya adolescente, fumadora compulsiva de marihuana con la que me divierto a más no poder y olvido que me comieron el corazón y nada me hace sentir la alegría de estar vivos un domingo de calor, en una casa ajena, donde vivo de prestado y las familias hacen el bullicio hipócrita del encuentro y los niños caminan por los parques y las mujeres jóvenes y los muchachos pasean sus torsos desnudos o semidesnudos bajo el sol. Esperando que las cervezas los ayude a decidir el próximo paso y la marihuana los desestructure y la policía se muera y yo que soñé el sueño de un mundo visto desde la idea de que tenemos que ser libres al precio de nuestras propias vidas, pase lo que pase. Y que hice de la droga y el alcohol el aditamento de mis esfuerzos por vivir y que busque en la promiscuidad una clave para comprender el amor y la existencia y que hoy estoy solo, tan solo como aquel día que me abandonaron por última vez y comprendí que todo había cambiado. Llegue a la conclusión de Morrisey de que todos los días son domingo e iguales, que somos babosas arrastrándonos en la arena bajo el sol intentando llegar a un mar que nos promete la realidad de nuestros sueños, pero cuya orilla se aleja cada minuto más y más. Y el gato se franeleo en mi pierna y sus bigotes graciosos y su porte señorial y el recuerdo de quien fue tigre, animal sagrado y hoy es mascota, me hizo pensar en su suerte y le brinde agua, caricias y Cat Chow y fui por cerveza y fume marihuana para pasar este domingo lo más pronto posible.

jueves, 12 de febrero de 2009

Los Amigos Nazis Del Rottweiller de Dios


Jueves 12 de febrero de 2009

La decisión del Papa Benedicto XVI de readmitir dentro de la Iglesia Católica a los obispos excomulgados de la Fundación San Pío X, Richard Williamson, Alfonso de Galarreta, Bernard Fellay y Tissier de Mallarais provocó un escándalo internacional y la mayor crisis del Vaticano en los últimos años. El Papa intentaba con esta medida acercar posiciones con los ultratradicionalistas seguidores de Marcel Lefevre en aras de lograr la unidad de la grey católica. Pero las declaraciones del obispo Williamson a la televisión sueca negando la existencia del genocidio nazi y de las cámaras de gas contra los judíos dejaron estupefactos al mundo. Las declaraciones del obispo que ejerce su sacerdocio en un seminario en La Reja, provincia de Buenos Aires, eran conocidas por el Vaticano desde el 19 de enero. Pese a ello Ratzinger no tuvo mejor idea que firmar el decreto del perdón el 21 de enero, días antes de la conmemoración del Día del Holocausto. Probablemente un lagrimón nostálgico surco las mejillas del octogenario Papa recordando su adolescencia como miembro de las Juventudes Hitlerianas entre 1939 y 1945. La decisión del Vaticano provocó la ruptura de relaciones por parte del Rabinato de Israel y movió a la Primer Ministra de Alemania Angela Merkel a pronunciarse contra su compatriota. El escándalo desnudó además la dura interna por el poder existente en el Vaticano.

No aclares que oscurece

Para calmar las aguas el obispo Williamson declaró estar dispuesto a retractarse si las evidencias le demostraban la existencia del genocidio contra el pueblo judío: “A causa de mis investigaciones en los años 80’ —señala—, estaba convencido de la exactitud de mis declaraciones (…) Debo reconsiderarlo todo y analizar las pruebas”. Sin embargo, el obispo no se privó de señalar que era víctima de una conspiración para “actuar contra la Fraternidad San Pío X y contra el Papa. Es evidente que los católicos de izquierda todavía no perdonaron al Cardenal Ratzinger haberse convertido en Papa” (*)

La Fundación San Pío X anunció el reemplazo de Williamson en el seminario de La Reja, por otro de los obispos readmitidos por el Vaticano, el español Alfonso de Galarreta. Pero evidentemente los lefevrianos están formados en la admiración de los regímenes genocidas y anticomunistas. El nuevo director es un apologista del Proceso para quien “los militares actuaron en circunstancias necesarias. De no haber sido así, el comunismo hubiera tomado el poder.”(El País de España 07/05/1988).

El oscurantismo lefevriano

Las declaraciones de Williamson no son un error de un hombre con incontinencia verbal sino que se inscriben dentro del pensamiento de Marcel Lefevre quien era abiertamente antisemita: “Es evidente que los judíos sobre los cuales cae la condena divina no son sólo los que materialmente fueron promotores y cooperadores de la crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, sino también todos los demás en la medida en que persisten en su obstinado repudio al Hijo de Dios” (Sinopsis de los errores imputados al Concilio Vaticano II). Lefevre rechazaba además que se diera cabida a la idea de los Derechos del Hombre en detrimento del Decálogo católico de los deberes morales. Esta congregación surge en 1965 en oposición al Concilio Vaticano II.

Para ellos este Concilio, que recordemos fue la doctrina oficial de la Iglesia Católica durante su apoyo a las peores dictaduras militares de América Latina, introdujo la influencia de la masonería liberal en detrimento del programa católico. En palabras de otros de los obispos readmitidos por Benedicto, Tissier de Mallarais “el programa liberal fue establecer sociedades laicas, crear una Iglesia laica y finalmente hacer almas laicas… en Roma se sigue el programa masónico: se quieren sociedades laicas, se quiere una Iglesia laica, se quieren almas laicas”. (*)

Si en Roma rige el programa liberal ¿Qué podemos esperar cuando rijan las normas de la nueva iglesia unificada de Ratzinger y los lefevrianos?

Ratzinger en el centro de la tormenta divina

Joseph Ratzinger, esta familiarizado con el pensamiento de Williamson y los lefevristas. Según un analista del Financial Times “para los teólogos más progresistas, este último intento del Papa por cerrar un cisma que ya lleva décadas, confirma sus apenas disimuladas simpatías por la visión doctrinaria de los ultraconservadores .... El daño causado al diálogo entre religiones es considerable, dijo Miroslav Volf, un profesor de Teología de la Universidad de Yale. ‘No es la primera vez que este Papa ha causado daños de este tipo’, señaló Volf, recordando la enojada respuesta de los musulmanes al discurso papal en Regensburg, en 2006, que interpretaron como que equiparaba al Islam con la violencia”.

Los socialistas revolucionarios siempre hemos denunciado a la Iglesia Católica como una institución que predica la sumisión de los explotados a los explotadores en nombre del amor al prójimo y el paraíso celestial. La hemos denunciado como una institución oscurantista que cobija a los peores representantes de la reacción. Pero desde que Joseph Ratzinger, fue nombrado Papa, lo que era una denuncia sostenida consecuentemente sólo por los partidarios de ateísmo militante se ha vuelto una realidad inocultable.

martes, 10 de febrero de 2009

Seamos artistas



Dicen que la vida es arte
Pero lo que observo.
No me gusta.
La musica y pintura
de la calle.
Autos.
Transeuntes fantasmales.
Borrachos desesperados.
El clink clink
de las ultimas monedas
en el bolsillo.
El meneo de las mujeres.
La basura apilada.
El arroyo de las alcantarillas.
Las puertas cerradas
con urgencia,
pesadas,
blindadas,
impulsadas por el miedo.
Voces perdidas.
La patrulla del orden.
La tranquilidad ciudadana.

Me aburro.
Deseo un trago
que no puedo pagar.
Deseo perderme en calles
más silenciosas
o más ruidosas
o simplemente
con gente despierta
sin miedo
sin calculo.
Ebria de vida.
Incendiaria.
Porque
para eso vaciamos
las botellas de alcohol.
Para hacer con ellas
bombas de fuego.
Que nos den calor
e iluminen la noche.

viernes, 6 de febrero de 2009


El gordo se contemplo frente al espejo de aquella habitación a la calle d el un Hotel perdido en los suburbios de Santo Domingo. Es de noche y en el cielo hay brillantes estrellas y una enorme luna frente a la ventana de la habitación. Hace calor y el gordo siente los ruidos de la ciudad dormida y las aspas del ventilador de techo. Es de medianoche. La ventana esta abierta. Al pie de la ventana una mesa y unas sillas. Una botella de ron, un paquete de cigarrillos negros, un vaso, un cenicero y poco más sobre la mesa. Sobre la cama tirado el saco del gordo que esta sentado en mangas de camisa en una de las sillas. Lleva la corbata floja en el cuello. Fuma despaciosamente un cigarrillo mientras mira a través de la ventana. Se observa al pasar la mirada frente a un espejo. Tiene el pelo engominado algo revuelto y el bigote emblanquecido. Pasa el dedo índice de su mano izquierda sobre el bigote, se observa el dedo y lo chupa. Vuelve a mirarse y el bigote vuelve a su color. El gordo apaga la colilla del cigarrillo en el cenicero corriendo otras para poder aplastar la brasa contra el fondo. Un verdadero cementerio de restos de cigarrillos. El gordo toma un billete enrollado de dólar, mira el espejo y esnifa sobre una raya de cocaína. Un poco de cada lado. Transpira. Levanta la mirada y busca el vaso y el ron. Se sirve una medida y toma el trago. El gordo inspira profundamente. Buffea y tose. Mira al costado de la cama sobre la mesa de luz. Unos artículos mimeografiados de una revista donde estaba leyendo unos artículos de debate entre Hermes Radio y el colorado Ramos. Cómo entender el peronismo lleva parte de la polémica. El gordo se pregunta lo mismo ¿cómo entender el peronismo?. Enciende otro cigarrillo. Sigue mirando a la mesita de luz, sobre los artículos una colt 45. Sobre el revolver una de Alicia. El gordo se levanta de la silla y deja caer la ceniza al piso. Cae gris lenta y suavemente. La silla hace ruido, también las aspas del ventilador. Un ladrido de perro a la distancia. Hecha una mirada a la carta y vuelve a la silla. Nuevamente el ritual de apagar el cigarrillo y mirarse al espejo. Se pasa la mano sobre el cabello engominado para emprolijarlo, abre una cajita y esta vez desde una cucharita de café se lleva un poco de cocaína a la nariz. Aspira con fuerza, transpira. Los ojos se le encienden. Piensa en Alicia ¿Dónde estará? Piensa en el viejo y su cuerpo siente una mezcla de bronca y angustia.
Esa tarde se reunieron el viejo y el gordo en un bar del centro de Santo Domingo. Tomaron un café y un aperitivo mientras duro la discusión. El viejo fue terminante: o abandonaba sus vínculos con los traficantes locales o terminaba de perder su posición en el movimiento. No lo pensaba tolerar. El gordo se había refugiado en aquel Hotel luego de la discusión. Estaba alterado y necesitaba pensar. Encima Alicia se había ido vaya a saber donde. Tenía que tomar decisiones y no podía poner la cabeza en frío. El gordo volvió a tomar otro pase de cocaína de la cucharita. Luego de aquel pase se calmo. Miro el ventilador y se saco la ropa, la que acomodo sobre la silla, mientras quedaba en camiseta y calzoncillos. Fue al cajón de la mesa de luz y conto el dinero que había ganado la noche anterior en la partida de poker y las balas que le quedaban. Prendió otro cigarrillo tras otro, tomo otro trago de ron tras otro hasta acabar la botella y consumió pase de cocaína tras otro hasta entrada la madrugada. Luego se acostó a intentar dormir, luego de una noche interminable. Ya había tomado su decisión.
El gordo guardo su ropa en una valija y se dirigió a un aeródromo en taxi. Contrato una avioneta para ir a México. Vestía un traje azul claro y la corbata lucia prolija, sobre el cabello engominado un sombrero tipo panamá. El piloto le pidió que no fumara. A lo que el gordo hizo caso omiso. En pleno vuelo el gordo se acomodo en el asiento, miro al piloto y luego de llevarse la mano derecha a la cintura, saco el revolver Colt y lo puso en la sien del piloto. Le dijo con autoridad. –Hacia Cuba, La Habana. El piloto temiendo por su vida le hace caso. El avión aterriza esa tarde en el aeropuerto de La Habana. Un grupo de soldados del Ejercito Rebelde lo rodea. El gordo y el piloto son apresados de inmediato y llevados a distintas salas del aeropuerto. El gordo esta sentado en una silla frente a un hombre vestido con uniforme verde oliva, gorra y una profusa barba rojiza. El gordo suda y tiene la camisa pegada al cuerpo. Lo interroga –¿Quien eres? ¿Quien te ha enviado? ¿De donde vienes? ¿Qué haces tu aquí argentino?. De golpe siente pasos de fondo y la puerta que se abre. Entran dos jóvenes milicianos de piel morena y detrás de ellos el hombre de mayor autoridad. Lleva un puro encendido. El gordo lo mira con sorpresa y le dirige la palabra –Comandante, soy argentino, mi nombre es John Willkiam Cooke, vengo a ponerme a disposición de la revolución cubana y a aprender de ella, en nombre del peronismo. –Ya se quien sos gordo, pero la próxima vez llega por un avión de línea. El Che remata -No creo que Perón este muy contento de tu decisión, pero bienvenido. Guevara se sienta frente a Cooke y le ofrece agua o café, algo para tomar. El gordo acepta y agrega –Y si es posible un cigarrillo…

jueves, 5 de febrero de 2009

El filosofo y las tetas


El me dijo soy filósofo. Y hundió su nariz en el espejo de una manera tan vulgar y viciosa como cualquiera de los que ahí estábamos. Y me cito a Hegel en el espíritu de un pueblo. Nietzche y su voluntad de poder. Bergson y su filosofía de la risa.
Kant, Heiddeger, Marcusse, y hasta el viejo Spinoza fueron objeto de la observación del filósofo, mientras contemplaba las tetas enormes de la chica de rizos que decía a todo que interesante, con la misma lascividad que cualquier hijo de vecino.
Y luego de otro sniffe provino el silencio, calmo y virtuoso, del filosofo y chica de rizos y tetas.
Ese momento fue lo mejor de la noche.

martes, 3 de febrero de 2009

Dos criticas literarias sobre La ira de los buenos

Sobre « La ira de los buenos »




En una reunion en Paris de profesores y estudiantes de doctorado, especializados en la literatura latinoamericana, se debia decidir cual era el tema a tratar en el ciclo lectivo 2009/2010 para los estudiantes de Master. Acorde con el clima de depresion global generado por la crisis se propusieron tres temas: la criminalidad, la cultura suburbana y el apocalipsis. Yo intervine diciendo que Roberto Arlt podia entrar en todas las categorias. Pero pensé en « La ira de los buenos ». Si hablamos de criminalidad (incluso policial), hay un ejemplo mas actual que « La ira de los buenos »? Si hablamos de cultura suburbana, que hay mas suburbano que este relato? Y si hablamos del apocalipsis, esos comisarios de la Bonaerense, no son los jinetes del Apocalipsis argentino actual, como lo fuera el citado « Comando de Organizacion » de Brito Lima (el autor de la frase) el jinete que anunciaba el apocalipsis de la dictadura?

Beatriz Sarlo dijo que Roberto Arlt era un escritor « hiperbolico », que llevaba todo al extremo para hacerse oir, por su « falta de cultura ». Afirmaciones de ese tipo no hen mas que provocarnos una sonrisa triste. Roberto Arlt vivio un periodo en el que se dieron la Primera Guerra Mundial, la Revolucion Rusa, la crisis del 29, Hitler, Mussolini, el stalinsmo y la terrible Segunda Guerra, que se concluyo con Auschwitz e Hiroshima. En medio de estas situaciones absolutamente extremas, alguien sensato puede decir que Arlt era un hiperbolico, un exagerado? Que « Los siete locos » era un delirio, fuera de la realidad? No, Arlt era un escritor naturalista que contaba con estilo y sentido del humor cosas que otros no contaban por diversas razones: por timidez intelectual, por incapacidad, por miedo al fracaso comercial o por miedo a que el « partido » stalinizado les quitara las « ayudas » si salia de la linea oficial.

De Facundo Aguirre dicen que es un « exaltado », que revela solo sus « bajos instintos », etc, etc. O sea un « hiperbolico » del Siglo XXI. Pero, quien puede afirmar que estos textos de « ficcion » de « La ira de los buenos » no sean verdaderamente hechos que sucedieron en la realidad? O que suceden? O que sucederan? En la Argentina de la descomposicion, cuando nadie confia en la « autoridad » (ni ricos ni pobres) porque saben a ciencia cierta que son absolutamente corruptos (pese a que los votan como « mal menor ») hay cosas que se saben pero la mayoria prefiere, por ahora, no integrarlas en su realidad. Aguirre no es un expresionista, no vi ninguna escena estlizada en el texto citado. Simplemente, se coloca en otro punto de vista en el que le permite ver (y contar) las cosas que otros tal vez ven pero no cuentan. Pero también se trata de contarlo de una manera legible.

Uno de los ejemplos es la escena homosexual de dos hombres, que contiene una imagen fuerte: « pija contra pija ». Lejos del estereotipo de los mariquitas, esta escena homosexual es muy viril, son como gladiadores que luchan con sus espadas. No deja de ser una escena gay, la mirada es la cosa diferente.

Como Roberto Arlt, Aguirre forma parte sin bloqueos del espiritu del tiempo que le toco vivir. « La ira de los buenos » merece ser leida.


Luciano Di Pietro, Sorbonne Nouvelle, Paris III


Despues de leer el cuento en dos oportunidades. Es requisito indispensable, anular todo rastro de subjtividad circundante para lograr la distancia adecuada entre el que analiza una obra y su escritor.
Debo decir que al comenzar el relato encontre en el una reiteración cuando el autor hacia referencia a la oscuridad de la noche. Cuando fui avanzando fui descubriendo de la necesidad de esos tramos que nos conducirían a la densidad, a la narración propiamente dicha. Decir que el relato fue logrado, sería simplificar la observación.
La ubicación de los personajes en tiempo y espacio, la utilización del lenguaje apropiado, el uso de la acción lleván a la lectura a un relato cinematográfico, un films en blanco y negro que involucra de diversas formas al espectador. Esto logra el autor en el lector. La violencia del relato, los diferentes pasajes, producen una vibración interna. Involucra, invita a continuar. En mi memoria se encuentra una frase de Arlt que decia, que la literatuta, los autores debián propiciar un cross en la mandíbula, y en este cuento se logró el golpe certero. la utilización de los tiempos, la densidad de los mismos varian en forma tan realista sin lugar a los eufemismos. El costado desgarrador de B nos atiende en un momento una ternura tibia, callada, lastimosamente victimario, primario y absoluto.
De un estilo, bravo, guerrero, acabado y legitimo con elementos simbólicos fuertemente arraigados que nos acercan a la vida, la muerte,poder, sexo, soledad, miedo todo girando en un magnifico circulo de trascendencia humana, donde el escritornos adelanta el decenlace social, tragico y fatal.

Esto no puede expresarse en ningún analisis por eso lo expreso al margén, debo decir que en algunos momentos la lectura, erecto ni clitoris, situación dificil si las hay, porque actuar de inmediato hubiese significado interumpir el relato.
María Ordoñez

Los besos brujos de Federico


Entrañas llenas de alcohol y odio
Y el corazón partido.
Porque no siento en mis labios
Los besos brujos de Federico.

Pero si el plomo que lo desgarra
en los caminos de Granada.
¡Viva la muerte! Exclaman
Los asesinos.

Grito en silencio
Demasiada ausencia
Siento el acoso en sombras del olvido.

Bailes de fantasmas y esqueletos,
un flirteo de los muertos
en los funerales de los vivos.

Brindo con vino y semen
bajo la luna, luna gitana
que guarda en su lado oscuro
los besos brujos de Federico.