miércoles, 27 de abril de 2011

el llanto de una viuda

Detrás de los muros
las bóvedas
dentro de ellas
los cadáveres
en las cruces
un gato solitario
deja caer su bigote
sobre una lapida
gastada
frente a la cual
llora
una mujer abandonada.
Se desata el caos:
un enterrador
sonríe borracho
a las 10 de la mañana
un árbol se desnuda
en otoño
una mosca zumba
enloquecida
un piquete
impide el ingreso
de las carrozas
y los deudos
aspiran cenizas
y se toquetean
los sexos
a escondidas.
Lucha
lujuria
vicio
dolor
amores perdidos
que se niegan
al olvido.
un bigote de gato
puede más
que el llanto
de una viuda.

viernes, 22 de abril de 2011

posadas vive

La revolución marciano posadista

alimenta las fantasias sexuales

de orgasmos de enanitos verdes,

de sexo toqueteando el hombro,

de colectivización del polvo de estrellas.

Pero mientras llegan los ET

apoyemos a mao, castro, tito y

cuanto comunista del aparato rompa

la disciplina de la urss.

En respuesta,

Kruchev golpeando borracho

la mesa de kissinger

con su zapato,

envía a yuri gagarin

a conquistar el espacio

donde no vio a dios

ni a la perra laika

ni a los aliados de posadas,

pero si al gulag

el psiquiátrico

y la obediencia ciega.

(Posadas vive

en los sueños

de spielberg).

jueves, 21 de abril de 2011

la vaca atada

Escuchaba algunas viejas canciones cuando el señor de la verga gigante le partía el culo a la dama. El tipo bombeaba y manaba sangre y mierda como si fuera un pozo de petroleo. Extraordinariamente no lloraba, sino que una estúpida sonrisa de oreja a oreja ilustraba su rostro vació. Sus cuencas eran dos orificios por donde pequeños enanos de jardín introducían sus penes.

Ella repetía su frase lacaniana antes de escupir sus orgasmos:

-soy el síntoma del hombre, soy el síntoma del hombre, soy el síntoma del hombre.

Sonaba Johnny Cash, mientras un grupo de hombres trajeados y mujeres con rodete coreaba la marcha peronista. Johnny Cash hablaba de los hombres de negro y estos vivaban a Isabel.

combatiendo das kapìtal, dijo uno que era de guardia de hierro y que tomaba café con el gallego alvarez ahí por san crsitobal.

(ay juancito los churrascos del asado peronista vienen del cuatrerismo y las balas que te matan son orden del general)

en mataderos vuelan las molotovs y las vacas y los toros se lanzan contra los patrulleros. El gordo cooke duda y en un baño de avenida del trabajo se da un toque de cocaína con la uña crecida del dedo meñique. Perón practica la estrategia de la hormiga. Los muchachos del frigorífico no dudan y van contra frondizi, mientras coca sarli rebosante de tetas les increpa:

-que quieren ustedes de mí.

carne

coca

culo

amor

abrigo

regresar

al pecho materno

mamá

mamasa

madre patria

del deseo

y las eyaculaciones

proletarias

-no combatiendo al zurdaje. Los libros no hacen nada. De ultima se queman. Lo que daña la patria es el zurdito, el infiltrado, el trosko, el ateo. Ya lo dijo el general el enemigo es la cuata internacional (ese muchacho depués sera taxista)

La verga gigante me atraganta. Me transformo en una gran concha para que se pierda adentro junto a la dama de risa estúpida y cuencas con penes de enanos en lugar de ojos. Derroco el patriarcado, mejor dicho lo devoro.

El peronismo es el fenómeno maldito del país burgues

el peronismo es el fenómeno burgués del país maldito

el peronismo es el fenómeno burgués de la clase maldita

la clase fenómeno maldito del peronismo burgués

el peronismo es burgués y la clase obrera es maldita

hay que ser claro el que tiene la vaca atada es el enemigo de clase. El asado es la democracia de la conciliación de clases. El asunto es que unos son dueños y los otros llevan la carretilla.

Todo el poder a los soviets

(si no te veo a los ojos me entristezco

si me das un beso me porto bien)

martes, 19 de abril de 2011

un acto de guerra

Era un frío sábado otoñal. Lupe trabajaba ese día de conserje en un hotel de avenida de mayo y tacuari. llevaba una leve resaca de cerveza y tequila. Cuando entro por la mañana la mucama, una rubia misionera que se acostaba con don benito uno de los dueños, le dijo que habían entrado cuatro desalojados de bodegas giol que no tomara más pasajeros de desarrollo social y que por culpa de ellos el cuarto piso olía como una villa. Lupe puso cara de disgusto y callo su boca. Prefirió no discutir. Reviso las cosas de la conserjería y encontró en un cajón que el conserje de la noche había olvidado su pistola, una 32. la tomo, estaba cargada y con el seguro puesto. La dejo en su lugar. Afuera brillaba el sol.
Don Benito llego al hotel a eso de las 10 de la mañana. Un viejo con el pelo teñido de negro y cola de caballo que hizo su dinero trabajando de mozo en el waldorf astoria de new york. Un verdadero pelotudo para Lupe. El hombre comenzó su diatriba contra los villeros y advirtió a Lupe que no tomara más gente de desarrollo social. En eso un hombre mal vestido y con aspecto de estar borracho pregunto por uno de los pasajeros llegados de las bodegas giol. Lupe lo contacto mientras don benito le ordenaba a Lupe que lo hiciera aguardar fuera del hotel. Mientras esto sucedió llego don rodrigo en su auto deportivo amarillo chillón. Un viejo canoso y grandote. Cuando vio a los dos hombres, el con pinta de borracho y el joven pasajero enviado por desarrollo social en la puerta se apoyo sobre el mostrador de conserjería mirando a don benito sentado en el sillón frente al mostrador y soltó
-deberían venir un rato los milicos para limpiarnos de zurdos y negros.
Fue automático. Lupe abrió el cajón, tomo la 32, le saco el seguro y apoyo en un imperceptible movimiento la punta de la pistola en la sien de don rodrigo. Este dio vuelta su cabeza y el cañón quedo apuntando entre los ojos. Se le veía el terror en la mirada. Luego pensó que era un cobarde.
Pum. El disparo atravesó la cabeza del hombre y el chorro de sangre y la bala se incrustaron contra el vidrio de espejo junto al ascensor que se astillo. Don benito lo miro y antes de que pudiera pararse pum pum dos disparos en pleno pecho. Quedo sentado con la cabeza colgando. Lupe tomó el dinero de los bolsillos de don rodrigo y don benito y salio caminando de aquel lugar con la pistola en la cintura. Un griterio y llantos detrás suyo. Nadie se animo a seguirlo. Camino rapidamente por tacuari, yrigoyen, lima y se perdió en la nueve de julio. Sintio a lo lejos las sirenas y se sorprendió por su frialdad. Tomo un taxi hasta retiro.
Respiro hondo.
No lloró.
Entendió lo suyo como un acto de guerra.

viernes, 15 de abril de 2011

señor sidoso, oligarcon

El mono sidoso deja caer un montoncito de cocaína sobre el espejo y lo aplasto con su banelco. Crak crak crak sonaban las piedritas aplastadas y se hacían polvillo. Con el filo de la tarjeta peino dos lineas y chupo lo que quedaba en la parte plana y los bordes del plástico antes de snifar. Enrollo un billete de dos pesos nuevito,jalo por el orifico izquierdo de su naríz. Dejo el lugar a ella que snifo por el orificio derecho. Entre los dos una nariz completa.
ella se tumbo en la cama desnuda mientras el mono sidoso miraba pornografía. En la peli, pijas desmesuradas de hombres feos vaciaban su leche en el agujero del culo de una rubia inglesa vestida de colegiala. Todo era frío y sobreactuado.
Sobre la mesa el Ulises de Joyce. La historia es un lugar del que busca huir.
Salvo por los ruidos de los alrededores y las cañerías, lo demás era silencio.
Silencio.
Silencio oscuro
silenci-odioso
silenc-io
silen-cio
si-lenci olala
s-ilenc-obstuso
silen
sile
sil
si
-si querida, tengo muchas ganas de verte pronto. Estoy lejos y todos los días te pienso. A veces cuando camino bajo los robles frondozos del parque recuerdo aquella tarde que nos masturbamos bajo un árbol. Vos en pollerita corta y con una bombachita negra transparente y yo metiéndote los dedos por la rajita y el culito, mientras vos golosa me agarras la pija fuerte esperando sacar de ella un chorro de esperma.
A lo lejos un viejo desagradable haciéndose la paja mientras nos mira.
Un mono sidoso lame la arena
sal de mar
caracoles
pequeñas algas secas
lágrimas viejas
bombachitas perdidas
un mono sidoso fuma porro
se pierde
entre las formas de las nubes
piensa en la lucha de clases
y el apolítico amor
de los contadores
-billetes rancios
billetes viejos
billetes verdes
monedas
oro
ladrillos
autos
botox y siliconas
biblias
rosarios
bibliotecas
medallas académicas
y mails del comité central-
somos dos monos sidosos cojiendo sin protección sobre el escritorio de un departamento vacío en la calle independencia. El escritorio rechina y los ojos hablan.
ni nacional ni popular
ni patria ni pueblo
ni dios ni amo
ni esposa ni marido
mono sidoso ateo y comunista
amor te alejas pero yo soy como Galileo. Aunque me hagan abjurar de tu amor yo saldré diciendo que sin embargo se mueve.
estar enamorado
es peligroso
un enamorado es
un tonto
un loco
un suicida
en la guerra del lugar en el tren valía todo. Un flaco estampaba contra las placas de acero la cara cuadrada de un morocho que manaba sangre por la nariz y la boca , mientras dos señoras con bolsas devoraban los restos de un bebe recién nacido mientras su madre se pierde en una horda de colegiales drogados que la desgarran. Hombres de traje se derriten y mujeres maduras beben el jugo del sudor con largas pajillas.
El guarda pasa pidiendo boleto.
El mono sidoso acaba
después de todo
los monos
hacen monerías.
(pero para vos, señor sidoso, oligarcon)

caracola

Perdido
el mar esta lejos
la muerte zumba
en la caracola.
Tiempo
la ultima arruga
aguarda su caricia.
Despedida
es el insomnio
una lenta espera.

domingo, 10 de abril de 2011

gotitas de sudor

Una musa
posa desnuda
frente a la ventana,
las flores sonríen,
al sol
se le para
y se pone colorado.
eyacula
gotitas de sudor
sobre la piel

polvo y resaca

una luna
ebria
vomitando
cometas
al inodoro
polvo de estrellas
polvo cósmico
polvo seremos
polvo y
resaca

miércoles, 6 de abril de 2011

laucha

Laucha
que se escapa
en el agujerito
caverna
de flujo
y capas de himen
larga cola
de laucha
saliendo
hacia abajo
clítoris
tampón
busca
allí
entre labios
arrugados
un poco
de queso

lunes, 4 de abril de 2011

semen viejo de otoño

Guillermo acabo. Un chorro de blanca esperma salto hasta el pecho de Roberto. Guillermo acabo mientras Roberto se la metía y él se hamacaba sobre la dura verga. Guillermo acabo mientras Roberto se la metía y él se hamacaba sobre la dura verga y un chorro de blanca -cremosa y caliente- esperma saltaba hasta el pecho de Roberto que le metía la dura verga a Guillermo que se hamacaba sobre él. Cuando Guillermo acabo su blanca esperma sobre el pecho de Roberto mientras el le metía su dura verga y Guillermo se hamacaba, se la saco del culo, se agacho y empezó a chupar la dura verga de Roberto donde se había hamacado hasta acabar un esperma blanco y cremoso sobre su pecho. La dura verga estaba llena de sangre y mierda y Guillermo la trago y Roberto se la metía por la boca, hasta la garganta, provocando arcadas, sosteniendo la cabeza con fuerza y Guillermo, que había dejado caer su blanca esperma sobre el pecho de Roberto que le metía la dura verga, tragaba mierda y sangre de la dura verga. Roberto acabo en la boca de Guillermo que había tragado mierda y sangre de la dura verga de Roberto que se la metía mientras él se hamacaba. Y el esperma quemaba la garganta de Guillermo que saboreaba mierda, sangre y semen. Y mientras Roberto sacaba la dura verga que le había metido a Guillermo mientras este se hamacaba y dejaba caer sobre el pecho de Roberto una blanca esperma, le meaba la boca saboreando mierda, sangre, semen y pis amarillento y caliente que se le chorreaba por las mejillas y la pera y entre los pelos hirsutos de la barba cayendo hasta el cuello y el pecho que se llenaron del pis la mierda la sangre y el semen de Roberto que Guillermo saboreaba de la dura verga que le había metido mientras él se hamacaba. La verga que había estado dura mientras se la metía a Guillermo y después le hacia saborear mierda, sangre, pis y semen, ya no estaba dura colgaba limpia como una soga caída sobre los huevos de Roberto mientras en su pecho se secaba la blanca esperma que Guillermo le había acabado.
Se dieron un beso y se abrazaron un rato en la cama.

(Es el otoño
un viejo borracho
al que le caen las hojas
así como las botellas vacías
se derraman
sobre una calle
donde patean
las cabezas
de los mendigos
hombres de azul
con pistola y cachiporra
machos bien machos
con mucho falo que ofrecer
al culo sangrante
del pobre diablo)

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en un cuarto de hotel barato del barrio de Once Carolina se tocaba los pezones de las tetitas. Se miraba al espejo, se rozaba con los dedos la chonchita.
-hola amiga conchita, que linda estas hoy, dame jugo, dame mucho jugo y fuego, yo te prometo una buena dosis de deditos en el clítoris y la mano entera adentro de la vagina. Después mucha crema y la lengua de algún perro en celo limpiándola de nutela y semen viejo.

(Es el otoño
un higo dulce
que derrama su jugo
sobre la boca hambrienta
de una mujer madura)

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el viejo invita vino al joven borracho. Un sol brillante de verano y un vino blanco demoledor. El joven borracho sigue al viejo ciruja a un terreno baldío. El ciruja viste harapos y huele a suciedad, alcohol, sudor y culo, saca su pija y le pide pide al joven borracho que se la chupe. El joven borracho chupa la pija del ciruja mugriento que se apoya contra la pared del terreno baldío. El olor de la pija del ciruja es nauseabundo. El joven borracho contiene por momentos la respiración. Por más que se esfuerza al ciruja no se le para. Esta demasiado borracho. Una gota de saliva cae hacia la tierra del baldío de la cabeza de la pija del ciruja. El joven borracho se masturba. Piensa que si Jean Genet encontró la belleza mamando en las cárceles de España la pija de un leproso, porque no probar esa experiencia, porque no ejercer ese deseo, porque hacer de aquello un derecho.

(Es el otoño
un marica pervertido
que acaricia los huevos
de un niñito
deseoso de sentir
el goce por el goce)

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Liliana ha dejada por su marido tras quince años de matrimonio. Dos hijos completamente imbéciles, un ex deprimido porque fue abandonado, una casa por vender en el barrio de Boedo. Ella trabaja en una empresa de telefonía móvil, el ex vende autos usados.
Liliana no tiene nada que decir (salvo que a los negros hay que meterles bala). Solo sueña un personal trainner que la coja bajo la ducha y otro marido que la mantenga. Liliana luce con orgullo sus tetas hechas, un regalo del ex para congraciarse (él todavía llora su precio).
El vendedor inmobiliario la escucha estupefacto sobrellevando con esfuerzo su resaca de cocaína. Piensa ¿porque a mí?

(Es el otoño
un amor
que se desangra
en lluvias y vientos.
Es el otoño
el crimen
de la propiedad)



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Guillermo se viste despacio. Roberto se despide con otro beso. Uno ira a buscar a sus hijos a lo de su ex Liliana. El otro ira a limpiar la concha de nutela y semen viejo de Carolina. El ciruja hace tiempo que murió. Solo vive en el recuerdo de los jóvenes borrachos que mamaban su pija nauseabunda.

(es un borracho
un amor
un crimen
propiedad
un higo
un muchacho en cuatro
ardiendo.
Semen viejo
un marica pervertido.
Es el otoño
una caricia
de frío
un buen tiempo)

sábado, 2 de abril de 2011

Carta al señor legislador de la ley de estupefacientes (Antonin Artaud. Extraido de bajocontrol.over-blog.es)

Señor legislador,

Señor legislador de la ley de 1916, aceptada por el decreto de julio de 1917 sobre estupefacientes, eres un cretino.

Tu ley no sirve más que para fastidiar la farmacia mundial sin beneficio para el nivel toxicómano de la nación porque

1º El número de toxicómanos que se aprovisionan en las farmacias es mínimo.

2º Los verdaderos toxicómanos no se aprovisionan en las farmacias.

3º Los toxicómanos que se aprovisionan en las farmacias son todos enfermos.

4º El número de toxicómanos enfermos es mínimo comparado con el de toxicómanos por placer.

5º Las restricciones farmacéuticas de la droga no molestarán jamás a los toxicómanos voluptuosos y organizados.

7º Siempre habrá toxicómanos por vicio de forma, por pasión.

8º Los toxicómanos enfermos tienen sobre la sociedad un derecho imperecedero, que se les deje en paz.

Es, sobre todo, una cuestión de conciencia.

La ley de estupefacientes pone en manos del inspector-usurpador de la salud pública el derecho de disponer del dolor de los hombres; es una pretensión singular de la medicina moderna el querer dictar sus reglas a la conciencia de cada uno. Todos los balidos de la carta oficial no tienen poder de acción frente a este acto de conciencia: más aun que la muerte, yo soy el dueño de mi dolor. Todo hombre es juez, y juez exclusivo, de la cantidad de dolor físico, y de la vacuidad mental que pueda soportar honestamente.

Lucidez o inlucidez, hay una lucidez que ninguna enfermedad podrá quitarme, es la que me dicta el sentimiento de mi vida física. Y si yo he perdido mi lucidez, la medicina no tiene otra cosa que hacer más que darme las sustancias que me permiten recuperar el uso de esa lucidez.

Señores dictadores de la escuela farmacéutica de Francia, sois unos pedantes roñosos; hay una cosa que debería medir mejor: que el opio es esa imprescindible e imperiosa sustancia que devuelve a la vida de su alma a quienes tuvieron la desgracia de perderla.

Hay un mal contra el cual el opio es soberano, y ese mal se llama Angustia, en su forma mental, médica, psicológica, lógica o farmacéutica, como quieran.

La Angustia que hace locos.

La Angustia que hace suicidas.

La Angustia que hace condenados.

La Angustia que la medicina no conoce.

La Angustia que vuestro doctor no comprende.

La Angustia que lesiona la vida.

La Angustia que rompe el cordón umbilical de la vida.

Por vuestra inicua ley ponéis en manos de personas irresponsables, cretinos en medicina, farmacéuticos cochinos, jueces fraudulentos, doctores, comadronas, inspectores-doctorales, el derecho a disponer de mi angustia que es tan aguda como las agujas de todas las brújulas del infierno.

Temblores del cuerpo o del alma, no existe sismógrafo humano que permita llegar a una evaluación de mi dolor con precisión, que aquella, fulminante, de mi espíritu.

Toda la azarosa ciencia de los hombres no es superior al conocimiento inmediato que puedo tener de mi ser: Yo soy el único juez de lo que está en mí.

Volved a vuestros graneros, médicos hediondos, y tú también, Señor Legislador Moutonnier, que no deliras por amor a los hombres, sino por tradición de imbecilidad. Tu ignorancia de lo que es un hombre, sólo es igual a tu estupidez al pretender limitarlo. Yo te deseo que tu ley recaiga sobre tu padre, tu madre, tu mujer y tus hijos, y toda tu posteridad. Y ahora me trago tu ley.

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