sábado, 11 de julio de 2009

si te dicen que mori


para quienes me conocen y para quienes no,
soy portador de VIH,
virus de la inmunodeficiencia humana,
para mi VIH siempre fue
vivi intensamente tu humanidad,
pero por más palabritas de autoayuda que use
llevo el veneno en mi sangre,
como un estigma,
como un anuncio anticipado de la muerte.

mi conducta frente al tratamiento es cuestionable.
luego de diez años,
después de muchos amores y desamores,
pequeñas victorias y derrotas,
desilusiones y cansancio,
de tolerar los poderes confesionales:
novias, medicos y jueces,
de someterme a mis adicciones,
del extasis de la mente,
luego de todo ello
tengo miedo a la muerte,
maldito orden de la vida.

tengo miedo cuando se me corta la respiración,
me mareo por cualquier cosa y pierdo el equilibrio,
siento el dolor en todas y cada una de sus formas
cuando se me nubla la vista y
se me cierra la garganta en un ahogo profundo
recorriendo mi cuerpo
y haciendo su tarea de zapa sobre el espiritu.
la vida es bella, lo sé.
pero si te dicen que mori,
no llores,
reíte,
embriagate,
drogate con lo que tengas,
incendia iglesias y patrulleros,
en cada segundo de pasión y de alegria
viviran girones de mi existencia.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"planear entre tornados"
Contá conmigo amigo algo voy hacer que no sea llorarte, aunque no te lo prometo!
Lo voy a tener en mi mente cuando se enfríe los normales sentimeintos de desaprobación a la muerte... un beso Amigo!
y, aunque este de más decirlo, lo digo, me gustó.

tecla dijo...

Amí también me gustó.
Pero no me des esos sustos hermano.

ateo dijo...

es que a veces el miedo me gana mejo y la angustia necesito descargarla. escribo por la leyenda, pero tambien por sentir.

Eduardo "Fabio" Asis dijo...

Al autor le deseo, con todo mi corazón, que muera verdaderamente a los 98 años, atropellado por un colectivo. Pero también le deseo que no sienta nada al morir, ni siquiera el bocinazo del colectivo. Yo por mi parte a los 110 sonreiré tranquilo por mi amigo muerto... jajajjaja... me impactó mucho el poema, amigo, pero todos somos condenados y nadie sabe cuando se cumplirá la sentencia. Nadie sabe cuando vendrá el fin. Mientras tanto nos queda VIVIR, VIVIR, VIVIR... ¡QUÉ POEMAZO FACUNDO! Te sigo sisiguiendo y seguiré nomás. Salud!!!!