jueves, 10 de junio de 2010

Después de una paja

Por la noche
no pude más que pensar
en la mañana
y los ojos negros
que me transportaban
a las mismísimas puertas
del infierno
donde el Dante escribió
“déjese aquí cuanto sea esperanza
mátese aquí cuanto sea vileza”.
por la noche
después de un vino
y unos pequeños pases de cocaína
no pude más que desear darle
suaves mordiscos
en el vientre.
por la noche
me anime a enviarte
un mensaje de texto:
-el lunes queda muy lejos.
-venite cuando quieras,
fue tu respuesta.
por la noche
decidí
jalarme
inyectarme
fumarme
en una pipa de agua
las cenizas
de los viejos romances,
el viaje fue intenso.
después de una paja,
me dormí
pensando en vos.

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