sábado, 22 de octubre de 2011

todo mi desayuno

Tenia ojos negros muy intensos
pero yo estaba duro y le rehuía la mirada
tenia labios gruesos
un bulto apretando su bragueta
y abundantes pelos en los brazos
juventud y curiosidad
pero yo estaba duro
y me regocijaba en el silencio
(tengo un eco
de recuerdo
y una escena de amor
entre un mafioso y un bombero
de los sopranos)
la noche se iba iluminando
la ciudad despertaba
las botellas y los vasos seguían llenos
y los murmullos de todos
prometían la revolución
la guerra
el termidor
y el socialismo
mientras sus ojos negros
se perdían en la mesa
buscando algún resto de cocaína
pero yo estaba duro
y no quería convidarle
mi ultimo pase
ni sabia como robarle un beso.
(tengo la imagen de estar con otro tipo
dando puñetazos de frente
a una multitud hostil
vuela sangre y saliva rostros
propios y ajenos)
Los ojos negros se perdieron
en las tetas de mi amiga.
Un sol rabioso
la locura
y la resaca
fueron todo mi desayuno.

2 comentarios:

Roberto Langella dijo...

Amigo, me llevo este poema para el número de diciembre de la revista; ¿ok? (cada día escribís mejor, que te parió)
Soy Roberto Langella

ateo dijo...

roberto podes tomar todo lo que quieras de esta pagina. fuerte abrazo y saludos a la mary paz