La otra noche,
después de mucha cocaína,
abrace a mi almohada
como si fuera mi amiga la muerte.
Fantasmas me perseguían y
solo ella tenía la respuesta.
Un día antes,
una chica de mariposas en la pelvis
me entrego sus besos.
Un día después
mi amiga la muerte,
sus pesadillas.
¡Que paradoja!
Hoy me acaricia el sol
con una sonrisa.
3 comentarios:
Al menos tuviste sus besos.
Y una mariposa.
Un abrazo grande amigo!
Yo te acaricio Ateo, con todas mis mariposas.
TQ
gracias amigas
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