miércoles, 1 de septiembre de 2010

Muero por vos

Cuando llegue a casa, ella estaba completamente desnuda sobre la cama y él, sobre una silla poniéndose los pantalones.
No grite, no me enfurecí. Salí del cuarto y aguarde en la puerta un tiempo prudencial.
Ella se acerco a mí y me pidió que charlemos, que no significaba nada, que solamente había sucedido. Él se fue. Solo ella y yo quedamos en la casa. Había un poco de vino, el que me serví para tratar de bajar la tensión.
Me empezó a hablar. Simplemente, no la escuchaba. Me abrazo, sin tener respuesta de parte mía. Hasta lloro y me exigió que le hablara. Honestamente, no tenia nada para decirle.
Dijo algo así como –Muero por vos.
-Bueno, conteste, te tomo la palabra.
Y así, como quien no quiere la cosa, sucedió. Tomo un cuchillo, se cortó las venas y mientras le corría la sangre se clavaba el cuchillo en el vientre como un puñal. No hice nada. Solo mire esperando el resultado.

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