miércoles, 12 de noviembre de 2008

Para una insurgencia de las masas lujuriosas

Nosotros niños,
nosotros Colegiales,
Chicas de América
Obreros,
estudiantes
Dominados por la lujuria (Allen Ginsberg)

Ni pesimista,
ni optimista.
Soy un sobreviviente,
un hijo descarriado
de tiempos bucólicos
en un país colonizado.
Una sintesis de la cultura norteamericana
y el sueño de los soviets.
Aunque aún desconozco
El sudor de la carretera hacia México
y la resaca en las esquinas del Harlem.
O el amor abandonado bajo las estrellas
de Los Ángeles
que relataba Jack Keruac.
Parece que todo se desvanece
y que como los beatniks
sustituidos por autores de autoayuda,
de los Panteras Negras
solo queda
la ilusión de un tío Tom
en el Salón Oval
de una casa que seguirá siendo blanca.
No pierdo mis esperanzas:
espero todavía por ver
los soviets de Detroit
o la América digna del millón de trotskistas
que reclamaba Allen Ginsberg
para una insurgencia de las masas
dominadas por la lujuria.

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