Vincent Van Gogh pinto aquel cuadro sombrio de los comedores de patatas.
Rostros derrotados los de aquellos pobres diablos reunidos en la mesa.
Vincent Van Gogh compartio aquella misma miseria
y su estomago debia crujir de hambre como el de aquella familia desesperada.
Seguramente cuando su hermano Theo le enviaba dinero,
siempre alguien le susurraba ¿para que mantener a ese vago?
Y no seria vano pensar que el buen Theo era movido por compasión cristiana.
Vincent Van Gogh sufrio de amor y en el extasis de su amargura
se corto la oreja para obsequiarsela a su amada,
otra oscura comedora de patatas que la rechazo con desprecio.
Seguro Vincent lloro mientras su oreja sangraba.
Vincent Van Gogh imagino girasoles que iluminaban la tela como soles.
Y con su amigo Paul Gauguin aullaban alcoholizados en los prostibulos
de Francia.
Vincent Van Gogh era un genio, rechazado por sus amantes
y despreciado por los espiritus de su epoca.
Un paria.
Suicidado de la sociedad, que pintaba "soles embriagados" como escribio Antonin Artaud
quien tambien se atrevio a mirar las entrañas de lo humano
mientras lo despedazaban los electroshocks
bajo la complice mirada de los poderes confesionales
los medicos, los jueces, la esposa
que no le perdonaron jamás la profundidad de sus palabras.
1 comentario:
... ni aún se la perdonan (la venalidad de sus palabras)
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