Combatir clandestinos a los poderes del estado.
Preparar las huelgas que golpeen al capital.
Derribar las Bastillas del terror y marchar hacia el Palacio de Invierno.
Amarse en las calles en las grandes asambleas populares.
Calentarse alrededor de Iglesias ardiendo.
Saber que la derrota es una circunstancia.
Resistir.
Nuestro enemigo no es ni la naturaleza humana ni el destino.
Es cobarde y tiene miedo y por eso tantos muros y policías los defienden.
Lo que decide es la lucha.
1 comentario:
Eres un revolucionario.
Creo que tendrías que leer Las guerras de mis antepasados de Miguel Delibes o Madera de héroe del mismo autor.
En realidad siempre es bueno leer a este autor cuyas obras están escritas despues de la guerra civil española, y acusan el ambiente y el pensamiento de la época.
Las guerras siempre son malas, Ateo.
La inteligencia humana tiene que aprender a buscar otros caminos.
A veces me preocupas.
Aún así, te sigo queriendo.
Te deseo lo mejor.
Pero cuida de tí y de todos los demás.
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