jueves, 27 de agosto de 2009

Pequeña oda al poeta negro de Antonin


Antonin:
Las convulsiones de la vida
Ocupan al poeta negro.
(Junto al seno de doncella que lo obsesiona)
Mientras jaurías rabiosas de corderos
(Duros corazones de vinagre,
Que no arden en preguntas)
Se abalanzan contra el lobo enamorado
Que simplemente le canta a la luna.

1 comentario:

tecla dijo...

No te preocupes Ateo.
Son una manada de cabrones.

Los corderos de verdad, nunca son jauría.
A mí me gustan los corderitos. Viven su vida y a nadie le hacen mal.
Son los seres humanos quienes les insultan a ellos y les faltan al respeto.
Los seres humanos son la peor especie de la Tierra.
Con la gloriosa excepción de ti y de mi, naturalmente.