No hay duda.
Aquella vieja queja sobre la belleza,
se hacia presente.
Deseo de estar borracho como una cuba.
Dormido bajo el sol y acurrucado a orillas del mar
(¡La eternidad!).
Soñar aquel sueño del joven Rimbaud.
Besar su nuca y aquellos labios
Beber del semen del poeta
licores más potentes que el laudano.
Brindis de lujuria
como las palabras que arden
y descubren el corazón oscuro
de lo que acontece.
Y pintar con su sangre
nuestra mascara de guerra
en las calles de la Comuna.
Juramento de amor con dulce violencia
del viejo poeta Verlaine,
masturbandose enloquecido y
alucinado de opio
mientras el tiempo se disuelve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario