La ciudad tiene torres inmensas
y gente pequeña.
Ladran los perros
a los faroles,
transitan las cucarachas
por las paredes blancas.
Los héroes no tienen cabida,
los proxenetas
lengüetean cuellos
en la oficina.
La noche vomita desesperanza,
las sabanas empapadas de sudor,
el sexo acompasado con bostezos.
Llora el mono sidoso,
bajo la luz de la TV
y un huevo duro
como alimento.
2 comentarios:
Como la vida misma, como cada noche en cualquier ciudad... zas!
gracias amigo
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