jueves, 17 de diciembre de 2009

Buenos Aires, vida y muerte


Supongo que en Beirut,
En este mismo instante,
Alguien esta comiendo cous cous
y fumando narguile de rosas,
contemplando absorto las estrellas a cielo abierto
y los impactos de ametralladoras en las paredes.
Seguramente en Londres
Un guapo directivo de bolsa
este comiendo pasta con vino,
brindando al nombre del buen Winston Churchill
que nos enseño a ser consejeros de la antigua colonia
(oculta en el ropero sus perversiones sexuales).
En Johannesburgo un negro con sida
estará soñándose campeón en el mundial de futbol
sintiéndose tan lejos del apartheid
como del poder negro.
En Estocolmo, un viejo pornógrafo
molesto con el frío
garabatea un ensayo contra la frialdad mezquina
de Private y el siliconismo norteamericano.
En Brooklyn, unos snobs literarios,
se creerán sorbiendo el aire inspirador
del buen burgués Paul Auster.
En Ciudad de Mexico un borracho pendenciero
le hace honor a Bukowski.
Cerca de Río, en la Isla Grande,
frente a Angra do Reis,
un hombre maduro contempla a su joven amante
bronceada por el sol.
Se siente un tipo con suerte
mientras bebe pequeños sorbos de caipirhinias.
Probablemente en Tokio una geisha
sirva de mesa para que degusten serios hombres de negocios
de diferentes naciones.
En Estambul una mujer esta castrando a su amante
en venganza por su maltrato.
En Amsterdam un yonquie de ultimas
desearía estar enamorado.
Pero dicen que en Tanger,
un viejo gordo que vende hashis
fue un en su juventud un torbellino de placer
para William Burroughs.
En Pekín una viuda de Mao
llora al gran Timonel en sus noches de opio.
En París, una puta
se enamora perdidamente
de un productor de queso roquefort
que le propone ser la otra.
En Berlín un antiguo oficial de la SS
estrecha la mano del ministro de algo.
Cerca de Barcelona,
Socorro escribe sus sonetos.
En San José de Puerto Rico,
en Arecibia,
Lola,
olvida el amor entre pases de cocaína.
En Rosario,
Mariana esta a punto de parir
una niña.
En París Luciano mea las cervezas de la fiesta
al grito de franceses estupidos y racistas.
Pinta tu aldea y serás universal, dijo Tolstoi,
como en todos lados
fracaso en el intento.
Como en todos lados,
demasiado borracho,
demasiada cerveza.
Como en todos lados
Explotación y resistencia,
crimen y locura,
amor y odio.
Buenos Aires,
vida y muerte,
como en todos lados,
en todos lados
en todos lados.
Humano,
demasiado humano.

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