Damos vueltas en la noche y somos consumidos por su fuego
Guy Debord
Ahí va Guy Debord
derrocando el cine
con un collage como imagen
y vaciando una botella de borgoña
en sus tripas
para hacer con ella
una ardiente molotov
en la noche burguesa.
combatiendo el aburrimiento
contrarrevolucionario.
la construcción de la situación
exige
bebedores fuertes
capaces de vomitar
la bilis del odio
contra el orden existente.
Ahí va Guy Debord
señalando en
la casta de los profesores
la casta de sacerdotes del saber
la casta de propietarios del poder
la casta de stalinistas
propietarios de la izquierda,
el origen de la miseria estudiantil.
Ahí va Guy Debord,
con muchachas
de ojos orgullosos y labios dulces
que proclaman la lucha
por la republica mundial
de los consejos obreros
y la sexualidad libre
en las profundidades
oceánicas
de una cama.
Ahí va Guy Debord
denunciando que la sociedad del espectáculo
completo la colonización
por la mercancía
de la vida social.
Paris 1968
lengüetea los pezones
desatando el gemido
graffitero
del orgasmo situacionista.
Ahí va Guy Debord
todo alborotado
actuando su propio mito
transformando en mera representación
todo lo que alguna vez fue su vida.
con la escopeta al pecho
-tan cerca de la derrota
tan lejos de la política-
sus tripas manchando la pared
y la sangre
roja
roja
roja
como los sueños
de una nueva era,
de un borracho
tan enamorado de si mismo
como de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario