miércoles, 6 de octubre de 2010

Buster Keaton: 115 años sin reir (por Ezequiel Guerrico)

El hombre que ocultó celosamente su risa, es el que tal vez más risas causó y sigue causando hoy en día. Esta afirmación es totalmente subjetiva y arbitraria (inclusive falsa), ya que trasladado al mundo de hoy los Corona o los chicos de "American Pie", llegan a más público y provocan más risas, sí! sin lugar a dudas etéreas, banales y facilistas. "Pija, teta y orto" sostienen viva la miseria de la comedia del siglo XXI. Para todo esto BK es la antitesis. El hombre que no consiguió más amor que el de una vaca, que ni los perros desearon su amistad, no era un risueño ni bien parecido dandy americano más bien un triste y melancólico rufián roba sonrisas. El personaje de antihéroe de Keaton respiraba soledad, tristeza y la expresión de un hombre anodado, pero no inmutable, frente a un mundo industrializado, individualista y siempre en los límites de las crisis y las guerras. El motor de las comedias de BK era acabar con ese hombre, era llegar a la felicidad anhelo de la masa que rellena el mundo, ya sea conquistando a una bella dama, enfrentando al maloso o llevándose el botín que no le deparaba. Con palazos para todos lados, se mofó particularmente de un contemporáneo: D.W. Grifith, militante fascista del Ku Klux Klan, a quien le devolvió un piñón con su sátira de "Intolerancia" en "Las tres edades", a diferencia del hombre que representaba el primero el de Keaton no era más que un ser solitario que transitaba las diferentes etapas históricas luchando por el amor y enfrentando a los acuñana el poder, lejos de creer en la intolerancia y xenofia como parte del adn del ser humano. Su corto anarquista "Cops", mostraba cómo casi sin "quererlo" Keaton atentaba subersivamente contra un acto de la cana, con funcionarios públicos presentes, lo que desataba una gran sucesión de escenas "cómico-plano-generales" donde BK dejaba a los "cobanis" como boludos ya que miles no podían detener, no a un "terrorista" sino a un simple hombre en el lugar equivocado... El acróbata del gag llevó el humor al máximo, no sólo con su cuerpo sino con su vida, el precio de la risa tiene miles en el debe del balance de Buster, jamás habrá un comediante así: es verdad, pero los que aún reimos golpeando con la palma de la mano alguna superficie luego de un "desopilante" gag de Keaton, reproduciremos con orgullo su obra. Su pacto tácito y mudo con el público enaltece su obra y le brinda vigencia, sino que Harpo Marx hable y nos cuente qué opina de BK. Keaton no rió ni va reir nunca, la inmortalidad del cine le concedió su deseo.
N.de la R.: Anteayer lunes 4 se cumplieron 115 años del nacimiento del gran Buster Keaton.

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