jueves, 12 de marzo de 2009
Casi como niñas
No pienses que esta noche todo llegara a su fin.
No te asustes.
No esquives la mirada al rictus de la muerte.
No le niegues tu mano al rostro arrugado,
ni a los fantasmas de la niñez,
con su comida humeante,
los juegos por que si
y las multitudes de rostros
que hemos mirado.
Un beso aun inocente.
No olvides la locura triste y enfermiza
de un amor impuesto.
No se trata de eso.
Ni de perdonar, ni de condenar.
Son enigmas de una historia.
Es constatar (horrible y fria palabra)
la salvaje y agonica tarea del tiempo.
Los sabores olvidados del romance con el mar y
viejas canciones nos acompañan.
Mientras ellas, casi como niñas,
se niegan a irse en silencio.
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