viernes, 22 de enero de 2010

El trabajo dignifica


El trabajo dignifica
dice
el buen burgués
desde
el estrado.
a un lado
el cura,
al otro
el militar,
detrás
el retrato
de algún
héroe
de a caballo,
enfrente
los señores
de la prensa.
a un costado
pizza con champagne,
en las habitaciones
las amantes
las esposas
las prostitutas,
en el garaje
los BMW,
en Suiza
sus cuentas bancarias,
en los campos
sus vacas y sus estancias,
en los suburbios
sus fabricas.
dentro de ellas
obreros
alienados
repitiendo horas y horas
el mismo movimiento.
en los puertos
burros de carga.
en los campos
peonada
y mujeres
lindas presas para el abuso
del señoriíto.
en todos lados
capataces
preocupados
porque ello suceda.
en las puertas de las fabricas
vigilantes armados,
filas de desocupados
pidiendo trabajo.
en las cocinas obreras
algún guiso
y los televisores encendidos
escuchando
al buen burgués
que repite
el trabajo dignifica.
en las calles
policías
cuidando la propiedad
y llenando las prisiones
de pobres
y los cementerios
de muertos.
a eso
el buen burgués
lo llama
paz social.
lo aplauden
el cura
el militar
los periodistas
la prostituta
la esposa
la amante.
lo aplauden
el banquero
los mercados
el dinero.
lo aplauden
el capataz
el policía
el pobre
el peón
el obrero.
lo aplauden
la vaca
la soja
y el carnero.
lo aplauden
Dios
y la Virgen.
lo aplauden
el poeta
el artista.
el borracho
el malandrín.
lo aplauden
el sol
la luna
la montaña.
lo aplauden
los enfermos
y los muertos.
su palabra
es la voz
de un macabro
mundo
sordo.

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