El bandoneón dispara sus notas
Como cuchillas filosas en la carne sedienta de dolor.
En la milonga piden pista las largas piernas de mujer desnudas
Que atrae las miradas de un guapo de tajo en cara
Y faca en la cintura que con un dejo de amargura
Bebe caña sin parar.
Los muchachos intoxicados del clorhidrato
Seducen a “Mimí con su champagne”.
Bajo las tenues luces de un antro
Donde damas encendidas esnifan
Y ofrecen el fuego bajo sus bombachas
Todo para borrar el recuerdo de un amor perdido
Buscando en los tragos y el exceso
Apagar aquellos besos
Que el corazón se resiste a olvidar.
1 comentario:
Holaaaaaaaaa, me gustó mucho tu blog. Este poema, precioso. Cariños (ale)
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