martes, 11 de mayo de 2010

Hasta pronto

He visto demasiados drogadictos
a lo largo de mi vida.
suficientes cocainómanos
ladinos y mentirosos
demasiadas mujeres –y hombres-
dispuestos a chuparte la pija
por un pase.
dije y escuche demasiadas mentiras
me autoengaño
miles de veces
después de una dura noche de gira
terminando quebrado
sin un peso en el bolsillo
sin valium para dormir
sin un amor cerca.
he vaciado tantas botellas
como para molotovs
suficientes
para prenderle fuego a Buenos Aires.
he conocido millares de antros
puteríos
hoteles de mala muerte
cojederos de todo tipo,
soledad por doquier
y omnipotencia.
he sido victima y verdugo
dios y el diablo
rey y mendigo.
llorado mis bajones.
he terminado lastimado e internado
luego de grandes dosis de cocaína.
fue en las noche de sexo
y cocaína inyectada
jalada
fumada
aspirada
desde la punta de la verga
de una travesti
hasta los pezones hambrientos de una dama,
donde contraje hiv.
corrí desnudo por la ruta 3 de La Matanza,
desgarrado de amor.
he soñado tantas veces el suicidio.
no hay nada más aterrador para el cocainómano
que un mal viaje
hacia los peores lugares de la mente.

a veces como ahora
me canso.
me doy vuelta
y me asusto de forma tal
que necesito alejarme.

querida cocaína:
no tomes esto como una renuncia
sino como una toma de distancia.
quiero extrañarte.
no es un adiós
sino hasta pronto.

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