El dedo índice y anular
en la raja de tu concha
que apenas deja ver unos pelitos negros
mientras tu mano inquieta busca donde agarrarse.
tus ojos de musa sueñan
las tetas pequeñas
de chicas ardientes
que clavan sus dientes en tu vientre,
una maceta de pijas grandes
para cambiarlas a gusto,
que te susurren al oído guarangadas
mientras te apoyan contra la pared partiéndote el culo.
no mires la luna
sino los ojos sedientos de sangre y sudor
que iluminan el cuarto oscuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario